Hecha de estrellas va de abuso, violación y acoso sexual a las mujeres que es algo demasiado real en nuestro día a día (pese a que haya ciertas personas que se empeñan en decir que no). La autora decidió tratar este tema desde muchas perspectivas y a través de muchos personajes, así que vayamos por partes:
Creo que uno de los temas principales de este libro es el consentimiento que es un concepto clave no solo en teoría feminista y todo eso, sino también en el día a día. El consentimiento se define como un concepto jurídico que hace referencia a la exteriorización de la voluntad entre dos o varias personas para aceptar derechos y obligaciones. En este caso hablamos evidentemente de un consentimiento sexual sin el cual se produce una violación o abuso sexual. Pues bien, aquí es donde tenemos el primer problema. En esta historia Hannah no consiente tener relaciones sexuales con Owen, pero no la creen por diversos motivos. El más importante es que estos dos personajes mantenían una relación de pareja en la que ya habían tenido este tipo de relaciones. Esto, para ponerlo en palabras sencillas, es la mayor estupidez del mundo, ya que estar en una relación no implica un consentimiento automático, aunque mucha gente piense que es así. El consentimiento tiene que ser explícito (el famoso #solosíessí) y deben darlo todas las partes implicadas en el acto sexual. Es tan sencillo como eso. El caso de esta pareja ficticia es más común de lo que creemos. Se estimas que casi dos tercios de los abusos sexuales se dan en círculos cercanos que incluyen parejas, amigos y familiares. Educar en el consentimiento es fundamental para erradicar con estas creencias absurdas y evitar este tipo de situaciones.
Vayamos un paso más. Hannah va al hospital le hacen todas las pruebas que se le deben hacer y le curan una muñeca que se había herido durante dicha violación. Es la 'víctima perfecta' salvo por el hecho de que claro había mantenido relaciones antes y que, mientras se le curaban las heridas físicas (porque de las psicológicas ya hablaremos), Owen había hecho circular el rumor de que Hannah había 'gritado violación' porque la había dejado. Bien, como se lógico y normal (notese la ironía), todo le creer y ¿qué hacen nuestros niños que 'siempre serán niños'? Pues acosan a Hannah en el colegio llamandola puta, zorra y guarra. ¿Sorprendidos? Yo no. Esto tienen nombre y se llama victim blaming (que es una forma elegante de decir culpar a la víctima y, por tanto, ser un completo gilipollas). Y esto, que es problemático de por sí, se agrava aún más porque las mujeres tenemos tan arraigado estos comportamientos que nos culpamos a nosotras mismas. Cualquier psicólogo (y policía con dos dedos de frente) te dirá que no tienes la culpa, que la culpa es del que cometió la agresión, pero ¿cómo te lo vas a creer cuando todo el mundo a tu al rededor te culpa a ti? Esto le sucede a Hannah durante toda la novela y es duro de leer, pero más duro es saber que es real.
Pues bien, tras ser violada, acosada en el instituto, tildada de puta y mentirosa y perder a casi todo su grupo de amigos, el fiscal decide no imputar a Owen por 'falta de pruebas'. No hay semen, el único testigo que hay no es fiable y ella es la ex-novia del acusado, así que sencillamente no la creen. Y me diréis, pero María ¿qué pasa con la muñeca? Y aquí os digo, querido lector que estas aguantando esto, que existe una gran excusa utilizada por fiscalía, jueces, defensa e imputados por igual: el sexo duro. Y ahí se termina el caso de Hannah, salvo por el hecho de que la joven tendrá que cargar con el trauma de una violación durante toda su vida.
Quiero recordaros que es España se denuncia una violación cada cinco horas. Esto no es un juego. Afecta a la vida de cientos de personas al año en todas partes del mundo. Hay que educar a los niños en el consentimiento, en el respeto y la igualdad para que todo esto, algún día, no tenga que ser escrito en libros.
Ahora pasemos a temas que no giran en torno a Hannah y Owen sino en torno a Mara. Muchas crítica a este libro (que son pocas ya de base) es que la relación entre Mara y su novie no es sana. Y esto es lo más normal del mundo porque Mara es víctima de abuso infantil. Mara no se lo ha dicho a nadie nunca y os preguntaréis: ¿Por qué? No habéis leído todo lo que dije de Hannah. ¿Cómo creéis que se tomarían la declaración de una niña contra uno de los profesores más respetados de su centro? Exacto. Pues bien, Mara tiene grandes problemas psicológicos a raíz de ese abuso. Según estudios los niños y niñas que han sufrido este tipo de abusos sufren las siguientes consecuencias a corto plazo: sexualización traumática ( interferencia en el desarrollo sexual normal del niño); pérdida de confianza (no solo con el agresor sino con el resto de personas cercanas que no fueron capaces de impedir los abusos); indefensión y estigmatización (sentimientos de culpa, vergüenza, etcétera, que minan su autoestima). Como veis poca broma. Así que criticar que Mara es un personaje insensible o que su novie y ella mantienen una relación poco sana solo demuestra que la autora ha hecho un gran trabajo en la caracterización de Mara.
Cuando Mara, por fin, se lo dice a su novie la quiere obligar a denunciar. ¿Denunciar o no denunciar, esa es la cuestión? Yo no tengo la respuesta y, parece ser, que nadie la tiene. Los psicólogos aconsejan que sea la víctima la que decide eso porque es ella la que se va a enfrentar al juicio y al estigma social. A la vez, forzar a alguien a que denuncie puede hacer que la víctima se sienta doblemente violada. Por otra parte, entiendo que los seres queridos de la víctima quieran justicia... Este es un tema más complicado en el que no me quiero meter mucho, peor quería traerlo aquí porque el libro lo trata muy bien. Ni Hannah ni Mara quieren denuncias. A Hannah la obligan sus padres y solo consiguen que ella se aleje de ellos. ¿Mereció la pena? Pues no lo sé, la verdad.
Hay otro temas mucho más secundario de los que quiero hablar: los códigos de vestimenta. Este tema sale en el libro porque Mara y su asociación por los derechos de las mujeres quieren probar que estos códigos son problemáticas cuanto poco. Los códigos de vestimenta pueden parecer una chorrada, pero no lo son. En España no son tan comunes ni tan estrictos, pero sí lo son en Estados Unidos. Estos códigos tienen un marcado carácter de género en el que los hombres pueden ponerse cualquier cosa, mientras que las mujeres no pueden llevar ni escote ni faldas cortas ni enseñar el ombligo, ni, ni, ni... La escusa detrás de estas normas es que los chicos 'se pueden distraer' si las mujeres no los cumplimos. ¡Volvemos al victim blaming! Primero si yo fuera hombre me sentiría muy ofendido porque me están tratando de un ser sin ningún tipo de autocontrol y segundo al parecer las mujeres lesbianas/bisexuales no tienen este problema. Que curioso que solo lo tengan los hombres. No será más bien que hay todo un sistema que hace que los hombres se sientan con el derecho de hacer cualquier cosa sin que haya consecuencias legales, ¿no? No, claro, solo soy yo que soy una feminazi y tengo que imponer mi ideología de género en todos, claro, claro . Estos códigos solo refuerzan la idea de que somos las mujeres las que somos las culpables de si nos pasa algo porque íbamos provocando (frase muy recurrente entre hombres en España para decir que vas guapa... no pueden decir que guapa, no, hay que hacer el victim-blaming).
Me dejo muchas cosas. Este libro también habla de sororidad y de culpa, se trata mucho el tema de la familia del violador y cómo actúan. En fin, es un libro muy completo, pero creo que ya os he molestado lo suficiente. No sé si este tipo de entradas os interesan, pero de ser así dejadmelo en comentarios porque hay otro par de libros del que puedo sacar mucho contenido.
Muchas gracias por leerme y nos vemos en el próximo post.
2 comentarios
¡Hola! Leí Hecha de estrellas a principios de año y a día de hoy sigue siendo una de mis mejores lecturas del 2020. Me gusta que traten el tema de la violación viniendo de una persona cercana, ya que siento que siempte se trata el tema como si fuese una persona que no conoces cuando es algo que no tiene porque ser así.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
Leí el libro hace tiempo y me pego hondo
ResponderEliminarLa autora quieras o no, sabe cómo llegar al lector
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