Deconstruyendo #14 - La flor de fuego: tiroteos escolares

La flor de fuego de Alba Quintas se basa en la tragedia de Columbine que tuvo lugar en 1999 en Colorado, Estados Unidos. En esta entrada no se va a centrar en el argumento de la novela, sino en la tragedia en sí misma y en el problema sistemático que superen los tiroteos escolares en Estados Unidos. Sin más, comencemos.

La masacre de la Escuela Secundaria de Columbine ocurrió el 20 de abril de 1999 y es solo la más conocida de todos los tiroteos escolares que se dan a lo largo de Estados Unidos cada año. Los perpetradores de esta tragedia fueron dos estudiantes de último año que asesinaron a 12 estudiantes y a un profesor. Además, hirieron a otras 27 personas durante el ataque y la huida posterior. Esta masacre reabrió el debate sobre el control de las armas en el país; así como la importancia del acoso escolar como causa de este tipo de ataques en las escuelas. La cultura pop ha reinterpretado esta tragedia de numerosas formas, como es el caso de esta novela. 

Los tiroteos escolares no son una anomalía en el mundo. Se caracterizan por tener lugar en cualquier tipo de institución educativa. Los motivos principales son la disfunción familiar, el fácil acceso a las armas de fuego y las enfermedades mentales; así como el acoso escolar (75%) y la venganza. Pese a que ha habido casos de este tipo de desgracias en todos los países del mundo, es Estados Unidos donde más hay. Desde 1999 ha habido un total de 26 tiroteos escolares en toda Europa, mientras que Estados Unidos se suman más de 26 casos solo en los últimos tres años. Esto ha supuesto la implantación de las políticas de tolerancia cero que se basan en la implantación de sistemas de seguridad física más que en la prevención. 

Diversos estudios que han tenido lugar desde el cambio de siglo demuestran que estas políticas no son eficaces y que se debería poner el énfasis en la prevención de los ataques atendiendo más a los comportamientos previos de los alumnos. En mayo de 2002, el Servicio Secreto apuntó en un estudio de 37 tiroteos que los incidentes de violencia no son actos repentinos ya que casi siempre los perpetradores comunicaban sus intenciones a otras personas. Además, los atacantes no amenazaron directamente a sus objetivos antes del ataque, no hay un perfil preciso, todos los atacantes mostraron comportamientos sospechosos antes del ataque, muchos habían considerado el suicidio, la mayoría son víctimas de bullying, tenían acceso fácil a armas y otros estudiantes estaban involucrados. 

La frecuencia y la mortalidad de estos ataques han hecho que el debate sobre el control de las armas se abra en más de una ocasión por diversos políticos. Algunas de las medidas impuestas incluyen un mayor control de los antecedentes de aquellas personas que compran armas, pero la prohibición de su venta nunca ha estado sobre la mesa en Estados Unidos ya que la posesión de armas es un derecho básico de la Constitución. Además, se han creado diversos artículos escolares a prueba de balas - mochilas, pupitres, pizarras etc. En el polo opuesto se encuentra la Asociación Nacional del Rifle que aboga por permitir a los profesores portar armas dentro del centro escolar con la intención de que se puedan proteger a sí mismos y a los demás. 

La gran contradicción de Estados Unidos es que pese al claro número alarmante de casos, las propuestas para un mayor control de las armas ven una gran oposición. La Asociación Nacional del Rifle es, de hecho, la más vocal en estas opiniones poniendo como ejemplo casos de estudiantes que han puesto fin a los tiroteos y han evitado más pérdidas de vidas, y afirmando que las prohibiciones de llevar un arma a las escuelas no disuaden a los pistoleros. Este argumento ha sido usado también por el ex-presidente Donald Trump. 

El hecho es que Estados Unidos tiene un gran problema con los tiroteos escolares que no parece tener solución a corto plazo. Se ha culpado a los videojuegos, a las enfermedades mentales y al bullying; pero lo cierto es que todo esto también está presente en otros países europeos y los casos de tiroteos son mucho menores. La única diferencia reseñable es el fácil acceso a las armas. Quizás sea hora de replantearse el derecho a portar armas porque el contexto de Estados Unidos en el siglo XVIII cuando se aprobó la constitución poco tiene que ver con el actual.

¿Qué os ha parecido? ¿Habéis leído esta novela? Todo en comentarios y nos vemos en el próximo post.