Esta novela nos cuenta la historia de Linus, un trabajador social que se encarga de asegurarse de que los niños mágicos estén bien atendidos en los orfanatos donde viven. Debido a su alta implicación en sus funciones y a su calidad le asignan la misión de supervisar el orfanato más peligroso que existen donde se reúnen las criaturas más especiales del mundo. A medida que la historia avanza, Linus se planteará si de verdad estos niños deberían ser asimilados a la cultura no mágica o si solo están acabando con todos ellos.
La inspiración de esta novela surge del sistema de escuelas de residencia en Canadá. Este sistema se basaba en el rapto de los niños indígenas de las diversas tribus que poblaban lo que hoy conocemos como Canadá antes de la llegada de los colonos europeos. Estas 'escuelas', 139 reconocidas por el gobierno, pero se desconoce cuantas actuaban dura de las normas federales, estuvieron presentes por todo el país desde 1828 hasta 1997. Financiadas por el gobierno canadienses y administradas por las iglesias cristianas, el objetivo final de estas escuelas era 'matar al indio que llevaban dentro'; es decir, para terminar con la diversidad de culturas existentes en Canadá desde hacia milenios y asimilarlos dentro de las culturas europeas que estaban imponiéndose en el país. Se estima que 150.000 niños fueron obligados a asistir a estas escuelas. El número de muertas producidas por los terribles actos que se daban en ellas no se conocen, pero las estimaciones alcanzan los 30.000 muertos.
Estos niños que fueron arrancados de sus hogares fueron privados de sus lenguas y culturas ancestrales y expuestos a abusos físicos y sexuales. Dentro de estos lugares tenían prohibido hablar sus lenguas maternas y se les obligaba a aprender inglés o francés dependiendo de la zona de Canadá donde estuvieran. A si mismo, se les prohibía continuar con sus actividades tradicionales. Los castigos por incumplir estas normas era brutales, desde hacerles comer jabón hasta atarlos a las camas. Esto supuso que muchos niños que sobrevivieron a estas torturas se avergonzaran de sus origines y rompieran con las tradiciones de su pueblo haciendo que toda esa cultura se perdiera para poder adaptarse mejor a la nueva situación y, así, sobrevivir.
Algo que no se tiene muy en cuenta del funcionamientos de estas escuelas es la imposición de los roles de género occidentales. Las poblaciones indígenas de todo el continente americano tenían sistemas de género muy diferentes al que existen hoy en día; puesto que con los procesos de colonización se forzó a adquirir los roles europeos. De esta forma en las escuelas se enseñaba a las niñas de estas tribus ancestrales que su función 'natural' era quedarse en casa cuidando del hogar cuando, hasta ese momento, el rol habitual de muchas mujeres nativas era, de hecho, la labor agrícola o la guerra.
Los supervivientes a estas torturas legales y sus familias sufren en la actualidad lo que denomina trauma histórico. Esto quiere decir que todo el sufrimiento de esas generaciones se ha visto transferido a su descendencia y se ha creado una sensación de impotencia y pérdida en la memoria colectiva de estas personas. Este hecho ha servido para poder analizar mejor los altos índices de alcoholismo, drogadicción, violencia, enfermedades mentales y suicidio entre las poblaciones indígenas. No es que 'sean así por naturaleza', sino que sufren las consecuencias de un trauma intergeneracional cuyas secuelas son latentes a día de hoy.
No hay que olvidar que la última escuela se cerro hace tan solo 24 años, es decir solo un año antes de que la persona que os escribe esto naciera. No son hechos que pasaran hace siglos, sino que no han pasado ni tres décadas desde que estos niños eran secuestrados, torturados, aislados y traumatizados de por vida. Las consecuencias de todos estos actos está aflorando ahora porque es ahora cuando se les está empezando a dar un poco de voz y se empieza a reconocer los terribles actos que los europeos hemos causado. En 2021, este mismo año, se descubrieron cientos de tumbas sin marcar en los terrenos de los antiguos internados.
The House in the Cerulean Sea trata este tema con una precisión asombrosa. Los orfanatos donde va Linus no son hogares, son prisiones. Las leyes que ha jurado proteger son erróneas y no se crearon con la colaboración de las criaturas mágicas. Las frases de 'solo queremos civilizarlos' o 'es por su bien' se asemejan demasiado a una realidad demasiado presente. Y el mensaje final es claro: quien dice que había que asimilarlos.
¿Qué os ha parecido? ¿Habéis leído el libro? ¿Conocíais todo esto? Todo en comentarios y nos vemos en el próximo post.
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