En este deconstruyendo vamos a hablar de una de mis parejas favoritas: Percy y Annabeth. Amo esta pareja por muchos motivos pero principalmente hay dos: son sanos y son un enemies to lovers que no es enemies to lovers. Así que vayamos por partes. ¡Aviso de spoilers!
Percy y Annabeth se conocen a los 12 años cuando Percy es atacado por un Minotauro y se desmaya. Tras esto le llevan a la enfermería del Campamento Mestizo y ahí se queda durmiendo durante días y babeando. Eso es precisamente lo primero que le dice Annabeth cuando se despierta: babeas. No es lo más romántico que habéis oído nunca. Y esto es lo que hace que toda la relación que sigue se siente como un enemies to lovers cuando en realidad para el final del primer libro Annabeth y Percy son amigos - ¿la escena en la que Annabeth le da el collar del campamento cuando Percy se enfrente a Ares? Es de las escenas más maravillosas que he leído.
A esto hay que añadir que Percy y Annabeth son hijos de Poseidón y Atenea respectivamente. Para los que no sepáis mucho de mitología, estos dos dioses se ODIAN desde que Atenas escogió a Atenea como patrona de la ciudad. Eso también genera este clima de se odian, pero en el fondo se aman cuando lo cierto es que no es así para nada. Claro que la pareja tiene un relación muy de picarse entre sí, pero no es odio simplemente tienen 12 y 13 años - porque seamos sinceros para el tercer libro los dos ya estaban enamorados y eso es así. Hasta Sally se da cuenta por todos los dioses. Es gracias a este clima que cuando Annabeth por fin, POR FIN, besa a Percy en el cuarto libro todas gritábamos al libro y que no volvieran a besarse hasta el quinto nos tenía de los nervios porque además añaden a Rachel por... drama I guess... porque todos sabíamos con quién se iba a quedar Percy. No había duda alguna.
Por otro lado, tenemos uno de los primeros ejemplos de una pareja sana que se mantiene en el tiempo y que dan todo el uno por el otro. Y yo sé que está de moda decir que en verdad son tóxicos basándose en tres aspectos: los motes, la llave de judo y la escena del control de sangre. Solo tengo que decir que son chorradas, pero estáis aquí para un análisis real; así que vayamos argumento por argumento.
El primero, y no me puedo creer que esto este pasando, es el hecho de que Percy y Annabeth tienen motes para el otro. Percy es Sesos de Alga y Annabeth es Chica lista. Y sí, ambos motes empiezan de forma despectiva. Percy no es el más brillante, eso es evidente, y le encanta ponerse en riesgo de forma innecesaria; mientras que Annabeth es hija de Atenea así que evidentemente es inteligente y está orgullosa de ello lo que la hace un poco insoportable a veces - ¡quién lee libros de arquitectura en griego clásico! Pero, seamos sinceros, a la mitad del primero libro ambos estaban encantados de tener un mote. Los motes no tienen por qué ser despectivo, de hecho en la mayor parte de los casos son una muestra de cariño y de familiaridad. Así que, no, no son tóxicos por ponerse motes de los que no se quejan y que en el fondo les gustan - me refiero lo dice el propio libro.
La llave de judo. Eso es más problemático. No es lo más recomendable que te encuentras con tu novio que lleva desaparecido meses y lo primero que haces es hacerle una llave de judo y amenazarle con matarle si vuelve hacer algo parecido. Pero la realidad es que así son las reacciones humanas. Annabeth estaba en tensión constante. No sabía que se iba a encontrar. Solo sabía que estaba en territorio enemigo y que Percy estaba ahí rodeado de enemigos. Así que sí, la mujer estaba enfadada y toda su tensión se canalizó de la forma en la que lo hizo. De todas formas hay que recordad que la reacción de Percy fue reírse porque sabía que esa era la reacción predecible de Annabeth porque se conocen y porque Annabeth sabe lo que puede aguantar Percy y lo que no.
El último aspecto 'problemático' es la escena del control de sangre. Durante su estancia en el Tártaro, Percy aprende que puede controlar venenos y la sangre porque están hechos de agua y lo utiliza en contra de una diosa para poder sobrevivir. Y Annabeth está asustada porque nunca había visto a Percy así. Porque Percy, por muy poderoso que sea, es un bebé gigantesco que solo quiere ser feliz y que le dejen tranquilo y de pronto se vuelve en este ser semioscuro que puede controlar a una diosa si quisiera. Hay que tener en cuenta, además, que Annabeth ya perdió a Luke y no podría volver a perder a un ser querido - había pensado hacer uno de estos de Luke porque también hay tela que cortar; pero ya veré que hago. Annabeth no teme que Percy la dañe, teme que se pierda a sí mismo mientras atraviesan el maldito infierno de la mitología griega.
En definitiva, no Percy y Annabeth no son tóxicos. De hecho son una de las parejas más equilibradas que existen. Entiendo que son un cliché con patas. El chico despreocupado y la chica lista. Él la saca de la rutina, ella se asegura de que él no se mate. Es un cliché; pero lo apoyo. Son distintos y se equilibran. No son apuestos. Percy es inteligente y sabe lo que hace; pero le pierde la pasión. Annabeth es una de las mestizas más experimentadas que existen y toma decisiones arriesgadas cuando es necesario. Se complementan y se balancean y eso es lo bonito de su relación. No se necesitan, pero se apoyan mutuamente y harían cualquier cosa para que el otro este bien. Percy y Annabeth el enemies to lovers que no es un enemies to lovers más sano de lo que leído.
¿Qué os ha parecido? ¿Qué opináis vosotras? Todo en comentarios y nos vemos en el próximo post.
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Atte. Lady Moustache, Atenea y Luna